viernes, septiembre 22, 2006

COMIENZO DE CURSO Y PATRIMONIO



Para la gran mayoría del profesorado es una práctica habitual la realización de una Programación de Actividades docentes, ahora en estos momentos en los que se inicia el curso escolar, que recoja no sólo la planificación de los contenidos que vamos a impartir, sino, sobre todo, una redacción de Objetivos didácticos actualizados tras la valoración y evaluación del curso académico que concluye en Septiembre, justo cuando éste viene a nacer. Así, el análisis de los logros alcanzados, junto con los desajustes y desaciertos encontrados, vienen a servir de retroalimentación para el proceso escolar, intentando en todo momento evitar y no repetir aquellos roles, aquellas situaciones que han conducido a evidentes fracasos.

Si esto, que es un axioma, viene funcionando en el sistema educativo, entre otras cosas porque nos obliga la administración educativa, yo me planteo por qué nuestras autoridades e instituciones no hacen caso de sus propias normativas y no realizan cada comienzo de curso político una valoración de los aciertos y de los errores y una planificación de actuaciones públicas, donde quede desterrada de una vez por todas la improvisación, las prisas, la chapuza y, principalmente, la opacidad de los proyectos públicos.

Viene este preámbulo a cuento de la situación del Patrimonio sevillano ahora que volvemos de vacaciones y nos encontramos, por enésima vez, con los mismos problemas de siempre. Cuando acababa el anterior curso, muchos pensábamos que no se podrían hacer peor las cosas, a la vista de las lamentables actuaciones públicas en materia de Patrimonio por parte de nuestras autoridades. De hecho, para la inmensa mayoría ciudadana, la asignatura de Patrimonio que cursan nuestros munícipes y autoridades autonómicas, es decir, la obligación que tienen con su custodia, difusión y preservación, estaba evidentemente suspendida y confiábamos en que, tras el verano y con algún cursillo en universidades veraniegas de renombre, volverían con nuevos bríos y con propósito de enmienda para aprobar la materia. Pero no, no se ha producido tal.


De hecho, durante el mismo verano se despachaba nuevamente nuestro presidente autonómico avalando la tesis del fin del ciclo vital del arbolado talado en la Avenida sevillana, cuando todos pudimos comprobar cómo habían rebrotado espléndidamente los tocones sacrificados, a la vez que achacaba a la aparición de las murallas almohades en la calle San Fernando gran parte de los retrasos en el Metro sevillano. Suspenso al “alumno”. Valga este ejemplo para constatar una situación aberrante: o bien nuestras autoridades no escuchan, no leen, jamás los múltiples informes técnicos y la bibliografía existente sobre el Patrimonio sevillano, que documentan suficientemente el espacio por donde discurría la muralla, o bien, y esto es peor, se han saltado la lección correspondiente y ahora quieren multiplicar sin saber sumar, es decir, no esperaban tal valor de los restos y esto les estorba evidentemente.


Estudien señores. El Patrimonio, y en este caso, me refiero al arqueológico, no surge como las apariciones religiosas, de manera misteriosa y caprichosa. Los posibles restos arqueológicos están ahí desde hace siglos, documentados muchos de ellos en fuentes documentales de gran solvencia y otros registrados por anteriores intervenciones arqueológicas. No nos vengan con la excusa del Patrimonio para justificar el retraso en la llegada de la modernidad. Más bien, realicen una Programación correcta, analicen los errores anteriores, consulten la bibliografía y los técnicos necesarios y, dejen tiempo, dinero y espacio para las posibles sorpresas. Ninguna Programación es cerrada. No vuelvan a taparnos en dos días nuestro Patrimonio, oculto durante siglos por el curso de la Historia, sin antes haber estudiado suficientemente el espacio y, fundamentalmente, sin que la ciudadanía visite, conozca y disfrute de su pasado.

Tenemos derecho a saber cómo fue nuestra ciudad, tenemos derecho a disfrutar de nuestro Patrimonio y tenemos derecho a pedir que las Programaciones manifiestamente erróneas desaparezcan de la escena pública, así como deben removerse los malos gestores, sobre todo cuando las recientes excavaciones arqueológicas en nuestra ciudad vienen a darnos la razón: debajo del alquitrán, antes era de los adoquines, está la playa simbólica que se reclamaba en el mayo del 68 parisino, está el magnífico Patrimonio atesorado por la Historia de esta ciudad. Y ese Patrimonio es de todos. Para confirmarlo ahí están los ejemplos recientes, tales como el magnífico mosaico romano excavado en la Encarnación (siguen “apareciendo” restos y siguen trasladándose sin modificar ni un ápice el Proyecto), el cementerio almohade localizado donde decían las fuentes de Ibn Abdun en su Tratado de Hisba, y los restos del ex-convento de Santo Tomás.


No utilicen su ignorancia porque nosotros no creemos en apariciones. Quienes defendemos el Patrimonio sólo confiamos en el trabajo bien programado, serio y responsable, el mismo que le exigimos a nuestro alumnado. Ni más ni menos.

Esteban Moreno Hernández, Presidente de la Asociación de Profesores para la Difusión y Protección del Patrimonio "Ben Baso"