DESOLACIÓN
El pasado fin de semana recibí la visita de un querido amigo que vive en Madrid. Hace un año había estado conmigo en Sevilla y fuimos juntos a la Encarnación a ver como avanzaban las obras, nos sorprendió negativamente. El domingo pasado regresamos..... hacía un año que no pasaba por allí. Lo cierto es que no quería pasar ir para no observar como se termina de destruir la plaza. Y finalmente ví lo que se está levantando. Es doloroso ver como tu ciudad, el entorno amable que tiene que acoger a los ciudadanos se va conviertiendo en estas "cosas" que poco a poco nos van comiendo. El gran problema de esta situación es que no tiene remedio. No se puede volver atrás.
Ya no.